"De esta manera se explica también el significado de aquella «ayuda» de la que se habla en el Génesis 2, 18-25: «Voy a hacerle una ayuda adecuada». El contexto bíblico permite entenderlo también en el sentido de que la mujer debe «ayudar» al hombre, así como éste debe ayudar a aquella; en primer lugar por el hecho mismo de «ser persona humana», lo cual les permite, en cierto sentido, descubrir y confirmar siempre el sentido integral de su propia humanidad. Se entiende fácilmente que —desde esta perspectiva fundamental— se trata de una «ayuda» de ambas partes, que ha de ser «ayuda» recíproca. Humanidad significa llamada a la comunión interpersonal. El texto del Génesis 2, 18-25 indica que el matrimonio es la dimensión primera y, en cierto sentido, fundamental de esta llamada. Pero no es la única. Toda la historia del hombre sobre la tierra se realiza en el ámbito de esta llamada. Basándose en el principio del ser recíproco «para» el otro en la «comunión» interpersonal, se desarrolla en esta historia la integración en la humanidad misma, querida por Dios, de lo «masculino» y de lo «femenino». Los textos bíblicos, comenzando por el Génesis, nos permiten encontrar constantemente el terreno sobre el que radica la verdad sobre el hombre, terreno sólido e inviolable en medio de tantos cambios de la existencia humana." (Carta Apóstolica Mulieris Dignitatem Sn Juan Pablo II, 15.VIII.1988 No.7)
Reflexión con perspectiva josefina:
¿Quién es más el que "necesita ayuda" o quién puede "proveer ayuda"?¡La mujer es la capaz de ayudar a la humanidad en el plan salvador y de vida de nuestro Dios! ¿Acaso no es la mujer el culmen de la creación? ¡Dios todo lo culmina perfectamente! La mujer desde su origen vinculada profundamente al hombre, es su primera alegría y abre la posibilidad de vida, fecundidad, esperanza, humanidad. ¡Comunión interpersonal Bendita!
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