"Esto concierne a cada ser humano, tanto mujer como hombre, los cuales lo llevan a cabo según su propia peculiaridad. En el ámbito de la presente meditación acerca de la dignidad y vocación de la mujer, esta verdad sobre el ser humano constituye el punto de partida indispensable. Ya el Libro del Génesis permite captar, como un primer esbozo, este carácter esponsal de la relación entre las personas, sobre el que se desarrollará a su vez la verdad sobre la maternidad, así como sobre la virginidad, como dos dimensiones particulares de la vocación de la mujer a la luz de la Revelación divina. Estas dos dimensiones encontrarán su expresión más elevada en el cumplimiento de la «plenitud de los tiempos» (cf. Gál 4, 4), esto es, en la figura de la «mujer» de Nazaret: Madre-Virgen. " (Carta Apóstolica Mulieris Dignitatem Sn Juan Pablo II, 15.VIII.1988 No.7)
Reflexión con perspectiva josefina:
¿Cómo es el don de sí como carácter esponsal?¡Es darse plenamente, en la salud y la enfermedad, en las tristezas y alegrías, en la pobreza y la riqueza! ¡Con cuánta solícita pureza San José y Santa María vivieron este don de darse! ¡Con cuánto respeto y afabilidad San José trataría a la Madre de Dios!
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